A medida que el Comité Olímpico Internacional refuerza su control sobre el futuro del boxeo, este deporte se encuentra en un momento crítico, con la amenaza inminente de ser excluido de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. A pesar de los incentivos relativos ofrecidos por World Boxing bajo la guía del COI, ha sido difícil ganarse la confianza de las federaciones nacionales. En este entorno volátil, los roles de las Confederaciones de Boxeo de África y Asia son cruciales, ya que ambas regiones representan bloques de votación clave en la política global del boxeo.
En África, con la notable excepción de Nigeria, todas las federaciones nacionales de boxeo siguen apoyando su afiliación a la Asociación Internacional de Boxeo. En Asia, la influencia de World Boxing también es débil, con solo ocho países listados como miembros en el sitio web de WB. Esta falta de compromiso generalizado pone de manifiesto la incertidumbre en torno al atractivo de WB como una alternativa viable a la problemática IBA.
NO HAY AVANCES CON EL COI
El núcleo de esta crisis radica en la falta de consenso para formar una federación global que cumpla con las expectativas del COI. Si el boxeo no logra esto, el deporte enfrentará la exclusión de los Juegos Olímpicos, un destino que muchos en la comunidad del boxeo temen. Por su parte, la IBA sigue aferrada a la esperanza de que un cambio en la dirección del COI pueda restaurar su estatus. Sin embargo, ni las promesas de la IBA ni las negociaciones de WB con altos funcionarios del COI han logrado avances significativos para estabilizar el futuro del deporte.
El estado fracturado actual del boxeo es demasiado frágil para resolverse sin establecer un mecanismo sostenible y neutral que cierre la brecha entre las facciones opuestas. Con el tiempo, ha quedado claro que ni el dominio de la IBA ni los esfuerzos de cabildeo de WB son suficientes para forjar un camino unificado hacia adelante. El deporte parece necesitar ahora una tercera fuerza: un mediador neutral que fomente la alineación en torno a los principios de la Carta Olímpica, promueva la transparencia y unifique al boxeo mundial bajo una visión común.
Una figura clave en esta lucha de poder es Umar Kremlev, el asediado presidente de la IBA, y Boris van der Vorst, el líder de World Boxing. Las federaciones nacionales aún no se han comprometido plenamente con ninguno de los dos, lo que refleja una mayor incertidumbre sobre el futuro del deporte. Sin una autoridad central que evalúe las decisiones de estas federaciones, su vacilación para apoyar completamente a una organización u otra sigue siendo evidente.
LA CITA DEL BOXEO ASIÁTICO EN NOVIEMBRE
En este contexto, la Confederación Asiática de Boxeo (ASBC) ha surgido como un actor importante. El 23 de noviembre, la ASBC ha convocado una cumbre en Bangkok, con el objetivo de alinearse con las estrategias del COI y dar forma al futuro del boxeo en Asia. Esta decisión sigue a la negativa de la ASBC de afiliarse a World Boxing durante su anterior congreso en los Emiratos Árabes Unidos. En una muestra de equilibrio y diplomacia, el presidente de la ASBC, Pichai Chunhavajira, renunció a la Junta Ejecutiva de la IBA, lo que indica una postura más independiente en el enfoque del continente hacia la crisis global del boxeo.
Las políticas independientes de la ASBC parecen estar más enfocadas en mantener al boxeo como parte de los Juegos Olímpicos en lugar de aislarlo. La confederación reconoce que el camino para establecer una federación global de boxeo debe basarse en estructuras aceptadas por el COI. Estas estructuras garantizan transparencia, equidad y meritocracia, valores esenciales para un deporte que desea conservar su estatus olímpico.
El futuro del boxeo sigue siendo incierto, pero lo que está claro es que el deporte necesita un nuevo enfoque. Ya sea a través de un mediador o una fuerza externa, los distintos organismos de gobierno del boxeo deben encontrar un terreno común, alinearse con los requisitos del COI y asegurar la supervivencia del deporte en la arena olímpica. Sin una resolución, la grieta entre la IBA y WB continuará profundizándose, dejando al boxeo en riesgo de ser marginado en el escenario deportivo más importante del mundo.
A medida que el boxeo navega por este período crítico, el papel de organizaciones regionales como la ASBC podría ser decisivo para encaminar al deporte hacia un futuro unificado, meritocrático y transparente, asegurando que la próxima generación de atletas pueda seguir compitiendo bajo la bandera olímpica.